miércoles, 27 de julio de 2011

Un niño, una pelota y un berrinche

Los refranes resumen siempre de forma acertada la sabiduría popular y, en este caso, no hay más que ver la cara de este niño para confirmar aquello de que "hay miradas que matan".

Si a mi me mirase alguien de esa manera procuraría esconderme detrás de una puerta, pero parece que no pensaba lo mismo el hombre que estaba sentado delante del niño y que fue el causante del berrinche.

Todo ocurrió durante la celebración de un partido de baseball entre los Giants de San Francisco y Los Angeles Dodgers.


Una pelota perdida fue a parar a los pies del niño que, debido a la sorpresa, no fue capaz de retenerla.

Sin pensárselo dos veces, un hombre sentado justo delante recogió la pelota y se la ofreció a la chica que estaba a su lado.

A todo esto, nuestro pequeño no salía de su asombro y reclamaba la atención de su padre que intentaba calmar su desconsuelo.

La costumbre en los partidos de baseball en los Estados Unidos es que quien se hace con una de estas pelotas se la ofrezca a un niño que esté cerca, salvo que esté acompañado por otro niño o por su pareja que, a su vez, ser la puede regalar al pequeño. Sin hacer caso de esta costumbre, el hombre que recogió la pelota se la regaló a la chica que tenía al lado, que aceptó el obsequio entre risas y saltitos.


El chaval pasó de la sorpresa al enfado, cruzando los brazos en señal de su momumental cabreo y haciendo unos pucheros imposibles de ignorar. Tal fue el alcance de su frustración que las cámaras del estadio recogieron las imágenes y en la pantalla del campo se repitió la escena varias veces (suponemos que para conseguir que el hombre regalase la pelota al niño).

Finalmente, todo acabó bien porque, una vez concluido el partido, el equipo de los Giants obsequió al pequeño con otra pelota. Y la guinda del pastel: los Giants, el equipo del que es fiel seguidor este niño, ganó a los Dodgers con un resultado de 5 a 3 a su favor.

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